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Un «futuro habitable» depende de la reducción de las emisiones en esta década

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El mundo necesita reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la mitad de esta década, insta un nuevo informe histórico de las Naciones Unidas. Para alcanzar ese objetivo, el mundo necesita hacer un cambio rápido hacia la energía limpia, reducir el uso de energía e implementar tecnologías que puedan atrapar parte de la contaminación por dióxido de carbono que calienta el planeta, dicen los autores del informe.

«Nos encontramos en una encrucijada. Las decisiones que tomamos ahora pueden asegurar un futuro habitable”, dijo Hoesung Lee, presidente del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, en un comunicado de prensa. “Tenemos las herramientas y los conocimientos necesarios para limitar el calentamiento”.

Cientos de destacados científicos del clima participaron en el informe, que describe lo que se necesita para evitar una catástrofe climática total. Se reduce a un llamado clave a la acción: reducciones «rápidas y profundas» en las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores. Se basa en investigaciones anteriores que encuentran que más de 1,5 grados centígrados de calentamiento global serían devastadores para las personas y la vida silvestre en todo el mundo. Estamos alarmantemente cerca de romper ese umbral. Podríamos superarlo antes de 2030, dice el nuevo informe de hoy.

Pero podríamos reescribir ese sombrío futuro si se realizan grandes cambios para reducir las emisiones en la mitad de esta década. El objetivo a más largo plazo es llegar a cero emisiones netas de gases de efecto invernadero a mediados de siglo para mantener estables las temperaturas medias mundiales. La tecnología necesaria para lograr esos objetivos ya está al alcance de la mano, según el informe. Los costos de la energía solar y eólica y las baterías para almacenar energía renovable ya se han reducido hasta en un 85 por ciento desde 2010. Caídas similares en los precios de los vehículos eléctricos reducirían la contaminación de los tubos de escape.

En última instancia, dicen los autores, también es necesario que haya cambios en el comportamiento cotidiano para reducir el uso de energía en primer lugar. Eso significa hacer que las ciudades sean más fáciles de recorrer caminando, en bicicleta o en transporte público. Para hacer su parte, los inversores pueden desinvertir en combustibles fósiles y los consumidores pueden simplemente consumir menos, dice una hoja informativa adjunta.


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