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INCERTITUDE

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Los resultados del amor Romántico en pleno siglo XXI son una falacia, una mentira; una agonía para las enajenadas parejas y sus múltiples vertientes.  Desde infancias rotas y desoladoras, hasta la misma muerte.  Se nos ha enseñado seguir un “lifestyle” para que prevalezca la familia tradicional, la descendencia, la humanidad…. Y el “Capital”. Un método de control, pero para controlar ¿Qué? Nos encontramos con un panorama desolador ante una inminente caída de la humanidad; no se sabe cuándo, pero si Dios quiere ocurrirá.  

Pasamos de un método de unificar a controlar desde el poder. Pasamos de creer en la familia a dejar de ser parte de una familia. Pasamos del amor romántico a dejar de tener cualquier contacto con cualquier cosa que te genere “Afecto”. Este efecto está ocurriendo, y si no aprendemos a “discernir” lo que es correcto como sujeto; hablando desde las necesidades individuales como ser “Humano” vivir será una agonía.  

En una época en dónde se presume que la comunicación es rápida, pero no es asertiva. Una comunicación con fácil acceso, pero de dudosa procedencia. Presumimos de una tecnología que puede comprender IA pero pretenciosamente intenta comprender el comportamiento humano.

Abolir quiere decir “Dejar sin efecto una norma o costumbre” y algo que tenemos entendido desde la cuna es difícil de “des- aprender”, pero no imposibilita una nueva construcción desde el discernimiento. Porque quizás podamos vincularnos a otros tipos de relaciones desde conocer tus necesidades y motivaciones, tal vez podamos emplear un sistema de comunicación en el que nadie sea excluido. Conocer nuevas reglas donde la clave principal sea “Comunícate” y “¿Qué necesitas?”. 

Si desde la infancia nos enseñaran a comunicar lo que nos gusta, lo que nos hace felices, lo que nos hace sentir en paz, lo que no nos  gusta, lo que nos da miedo; estaríamos viviendo una época moderna bastante distinta, en la que quizás no habría necesidad de poner límites – porque es implícito el respeto a la vida- en la que tantos conflictos de categoría mundial se vieran arreglados únicamente con un buen manejo del entendimiento y limites,  y no con desastrosos conflictos armados y acaparamiento del capital.  

La existencia humana sería bastante distinta si dejáramos de entender al otro por miedo, por amor o por interés; tendríamos que comprender al otro por “Humanidad”. No habría dificultades al relacionarnos con los otros si se tuviera en cuenta que para comunicarte tienes que ser claro sin necesidad de traumatizar a los otros con ambivalencia.  Los espacios de convivencia en niveles sociales, escolares, laborales y familiares serían más sanos con ese nivel de conciencia.  

Es un ideal utópico, pero quizás abolir no sea tan difícil; viniendo de unos cuantos años atrás de modificaciones sociales e intelectuales. No tiene que ser rápido, tampoco tiene que ser lento, todo esto dependerá del nivel de conciencia que tengas sobre la forma en cómo te comunicas y de cómo quieras comunicarte como ser individual. Tal vez para cuando eso ocurra tendré unos cientos de años bajo la tierra, quizás no lo sepa, pero procuraré irme a la tumba con un poquito de esperanza. 


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