fbpx

¿Cómo sabemos qué emociones sienten los animales?

COMPARTE!

Los investigadores del bienestar animal se están volviendo creativos para precisar las experiencias subjetivas

Un perro da un ladrido protector, sintiendo a un extraño cercano. Un gato se desliza con desdén, ignorando a todos ya todos. Una vaca muge de satisfacción, rumia. Al menos, eso es lo que podemos pensar que sienten los animales cuando actúan como lo hacen. Tomamos nuestras propias experiencias vividas y llenamos los vacíos con nuestra imaginación para comprender mejor y relacionarnos con los animales que encontramos.

A menudo, nuestras suposiciones son incorrectas. Tome el juego de caballos, por ejemplo. Mucha gente asume que estos animales musculosos y majestuosos se pelean solo por diversión. Pero en la naturaleza, los caballos adultos rara vez juegan. Cuando los vemos jugar en cautiverio, no es necesariamente una buena señal, dice Martine Hausberger, científica de animales en el CNRS de la Universidad de Rennes en Francia.

Hausberger, que cría caballos en su granja en Bretaña, comenzó a estudiar el bienestar de los caballos hace unas tres décadas, después de observar que las personas que tienen caballos a menudo juzgan mal las señales sobre el comportamiento de los animales.

Los caballos adultos que juegan son a menudo los que han sido sujetos, dice Hausberger. El juego parece descargar el estrés de esa restricción. “Cuando tienen la oportunidad, pueden exhibir juegos, y en ese preciso momento pueden ser más felices”, dice ella. Pero “los animales que se sienten bien todo el tiempo no necesitan esto para deshacerse del estrés”.

Los científicos que estudian el comportamiento animal y el bienestar animal están logrando avances importantes en la comprensión de cómo las criaturas con las que compartimos nuestro planeta experimentan el mundo. “En la última década o dos, las personas se han vuelto más audaces y creativas en términos de preguntar cuáles son los estados emocionales de los animales”, explica Georgia Mason, bióloga del comportamiento y científica de bienestar animal de la Universidad de Guelph en Canadá. Están encontrando respuestas que invitan a la reflexión en medio de una amplia gama de animales.

Por ejemplo, estudios recientes insinúan que agarrar a un ratón por la cola empaña el día del animal, y que un dulce inesperado puede mejorar el estado de ánimo de una abeja. Los cangrejos de río pueden experimentar ansiedad; los hurones pueden aburrirse; y los pulpos, y quizás los peces, pueden experimentar dolor.


COMPARTE!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *