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ALEXITIMIA Y EL MUNDO MODERNO

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Una de las tantas problemáticas del mundo moderno para el ser humano es la incapacidad de identificar emociones y describirlas. Entiéndase que habremos algunos diagnosticados por la vía profesional, y otros tantos por medio de “Tik Tok” o “YouTube”.  Quienes ya han identificado su problemática sabrán qué hacer; sin embargo, al no dar importancia ante ésta incapacidad la comunicación entre seres humanos se volvió escueta, ineficaz, confusa, sin precedentes.

Sumando el mundo tecnológico aun es más difusa, esto no quiere decir que la tecnología y las nuevas vías de comunicación tengan culpa, pero esto la hace más agravante y se debe mucho al gestionamiento de éstas mismas.  Tampoco se intenta dar una guía especializada de cómo tratar con la Alexitimia y que el mundo moderno con su tecnología te absorba; es importante que cómo seres pensantes y que sienten, mantengan un adecuado balance ya que esto propicia una mejora continua en lo que desees.

Desde que se genera la capacidad del uso de la razón y el discernimiento creemos que con esas herramientas estamos completos, pero al no ejercitar constantemente caemos en la “Alexitimia del mundo moderno” creemos que con colocar una palabra en el buscador “ENOJO” tenemos a detalle lo que significa, mas no de lo que se siente. También se cree que estar inmerso en el mundo de las emociones te deja sin esa capacidad de accionar objetivamente ante una situación, recordando la frase “Evite el exceso”.

Twitter, WhatsApp, Telegram, Messenger, Discord y un sinfín de Apps que son usadas para facilitar la comunicación y quizás el trabajo, pero se usan para perder aún más el tiempo.

La alexitimia se refiere a una condición en la cual una persona tiene dificultades para identificar, expresar y describir sus propias emociones. Esto puede manifestarse de diversas formas, como dificultades para reconocer el lenguaje emocional de otros o para comprender las señales no verbales.

La falta de interacción cara a cara y las redes sociales son una forma de comunicación que se realiza principalmente a través de plataformas digitales, lo que implica que no se puede observar las expresiones faciales o corporales de los demás. Esto puede ser un desafío para las personas con alguna carencia emocional.

Las redes sociales pueden ser un espacio donde las personas comparten sus emociones y sentimientos. Sin embargo, para quienes tienen algún padecimiento emocional puede ser difícil expresar sus propias emociones de manera clara y coherente.

Algunas investigaciones sugieren que las personas con dificultades para expresar sus emociones pueden ser más propensas a consumir excesivamente las redes sociales. Esto puede deberse a que las redes sociales proporcionan una forma de evadir o distraerse de las emociones incómodas.

Pero dejemos a un lado el padecimiento clínico, para quienes logramos regular ¿Qué ocurre con el uso desmedido de redes sociales y el tipo de contenido que te arroja el código? ¿Qué pasa en aquellos quienes sí pueden regularse, pero el algoritmo los atrae?; es relevante señalar que las redes sociales pueden ser una herramienta útil para la expresión emocional y la conexión social, pero el uso excesivo o el consumo de contenido inapropiado pueden afectar negativamente la salud mental de las personas, especialmente aquellas que tienen dificultades para regular sus emociones y comportamientos. El algoritmo de las redes sociales puede ser peligroso en este sentido, ya que puede sugerir contenido que refuerce patrones emocionales poco saludables, como la evasión de las emociones incómodas o la comparación constante con los demás.

Este tipo de algoritmo es una clase de reforzador, en el contexto de las redes sociales, los refuerzos primarios pueden ser representados por cosas como la satisfacción de la curiosidad o la sensación de conexión social. Los refuerzos secundarios pueden ser likes, comentarios, compartidos o la cantidad de seguidores que tenemos; al recibir la atención de éstos refuerzos se genera lo mismo que cuando estamos enamorados, segregamos dopamina y la dopamina es un neurotransmisor que nos genera bienestar o placer. Y es por eso que algunas personas sean adictas a ciertos deportes, comida, sustancias, hábitos y un sinfín que generan neurotransmisores para sentirse bien.

Los algoritmos de las redes sociales están diseñados para maximizar el tiempo que los usuarios pasan en la plataforma y aumentar el compromiso de los usuarios. Para lograr esto, los algoritmos suelen mostrar contenido que se adapta a los intereses y preferencias individuales de cada usuario, basándose en los comportamientos anteriores del usuario y otros datos relevantes. Además, los algoritmos también pueden resaltar los refuerzos secundarios, como los likes y los comentarios, para fomentar la participación del usuario y mantenerlos involucrados.

Entiéndase que nadie es perfecto y que todos tenemos alguna clase de afección, el tener un balance de todo y que nada es negro y que nada es blanco sugiere que lo que estés haciendo esté mal; sin embargo, no dejar de lado que la salud mental y emocional juegan un papel muy importante en la regulación del consumo de redes sociales y aplicaciones, la herramienta del “Discernimiento” es elemental en los seres humanos para que internamente puedan regularse. La Alexitimia social, las redes sociales y sus algoritmos, y una que otra carencia emocional pueden jugar un papel muy importante en la existencia de un individuo; alguien que no se conoce así mismo está destinado a ser esclavo del algoritmo y de emociones confusas sin resolver. Atiéndase, libérese, despierte; no está mal pedir ayuda.


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